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cuidadokechema

Transporte 03.07

1.- Entre ciudades.

Los trenes comunes son extremadamente baratos, enormemente incómodos y muy muy lentos.

Se asemejan a esos que salen en los reportajes de India: ventanillas abiertas a la intemperie, ventiladores en el techo y caben todos los que puedan meterse dentro.

Se hacen amistades y no hay que preocuparse por subir comido o bebido: te venden de todo: son el transporte habitual para la población normal.

Las clases medias van en coche o en bus climatizado o no y los turistas en avión o si se agobian toman taxis para distancias largas.

Al tren tienes que subir como media hora antes para poder tener asiento, y si te subes cuando todos es una cuestión de supervivencia a codazos y empujones. Una vez dentro van bien los ejercicios de relajación, aunque los jovencitos mochileros japoneses se duermen en cualquier parte.

Tiene parada en todos los pueblos, pero solo los más importantes muestran su nombre en alfabeto comprensible para nosotros.

2.- En ciudades

En Bangkok, los buses están escritos en tai y solo te puedes guiar por el número del bus en cuestión.

Para los extranjeros lo mejor es el metro: excelente, silencioso, eficiente y delicado en arranques y frenadas.

Los taxis son un buen medio pero tienes que llevar escrito en su idioma a donde vas porque sino no lo entienden. Todos llevan taxímetro y es raro que te enganyen, pero si pueden te la pegan.

Además están los tuk-tuk y unos motoristas que hacen de taxi previa negociación y si te atreves a subir. Yo, cuando los tomo, me agarro y cierro los ojos, porque cada vez que los abro saltaría de la moto. Subirte en esas motos es turismo-aventura.

Donde hay rio hay barcos-buses baratos y muy eficientes y encima está mas fresquito.

En Camboya, entre ciudades la cosa es diferente: ellos van en camionetas a la intemperie, apinyados y con panyuelos tapándose la cara con lo que parecen zapatistas y los extranjeros en taxis colectivos o buses climatizados.

El transporte de cercanías de mercancias se resuelve con las motos y son expertos en ello: recordáis lo de los tres cerdos en el asiento de atrás, pues para los pollos ponen ocho o diez palos atravesados y una veintena de pollos atados boca abajo en cada palo, y todos aletean a la vez con lo que parece una atracción de feria. Pero donde no hay motos está el carromato tirado a mano y si pesa mucho pues otro empuja desde atrás.

La frontera entre Tailandia y Camboya es una cola kilométrica de carromatos que forman una postal rústica y triste

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