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cuidadokechema

Saigon 03.03

El inconveniente del aire acondicionado en una habitación sin ventanas
(solo un extractor) es que cuando sales a la calle te da
invariablemente la 'bofetada' un poco punkie de treinta y siete grados
como cantaba el Auserón ese y a los veinte pasos ya estas 'amerat' y
dado que un paseo por la ciudad equivale a que te cueces al vapor y
entre museo y mercado sin dudar elijo mercado (mas adelante se hará una
crónica específica sobre ello).
Como uno ha tenido orígenes judeo cristianos le entra la mala conciencia y decide después del mercado ir al museo de la guerra pero la de contra los franceses (por aquello de guardar un orden), se lo explico al taxista y dice que si pero no lo sabe, se lo enseño en el plano, se lo escribo TON DUC THAN MUSEUM (con unos gusanitos encima de las letras) y, muy seguro de si mismo me deja en un edificio muy grande que NO ES, voy preguntando y todo el mundo lo sabe y me invita a desplazarme de aquí para allá porque todos quieren ayudarme y así hasta DIECISIETE veces (empecé a contar a partir de la cuatro), a partir de la vez catorce decido preguntar solo a los que llevan móvil y visten de europeos (veinte o treinta en todo Ho Chi
Minh) y con un sol estupendo, amerat hasta las entrañas lo encuentro.

Decido antes hacerme una cervecita y  que sea viet y me ponen una
garrafita de plastiquet de dos litros que a su vez han llenado de otra
garrafota de plastiquet y un vaso, deliciosa cerveza (dos vasos 0,50
euros). y cuando llego al museo va y era holliday y estaba cerrado, con
lo que me vuelvo a repetir lo de la cerveza.

Mientras tanto, por las calles, agachaditos o sentaditos en la acera,
miles de viet comen un bol de arroz con algo o con nada, pero todos
comen (debe ser cosa del comunismo ese).

Tanto si vas a comer como a beber te dan antes una toallita metida en
un plastiquet húmeda y fresquita, los viet la abren aplaudiendo con lo
que explosiona  y esa es la única guerra que tienen: la guerra de las fundas de las toallitas.
Esa y la de la supervivencia que no es poco.

Son muy pequeñitos y les saco por lo menos la cabeza (los bajitos con complejo podrían venir a superarlo).
Vestidos de militares parecen muñeecos y de marineritos
(lo siento no puedo decir marineros) te dan ganas de darles la comunión.
 
Viéndolos uno piensa en jóvenes norteamericanos altos y corpulentos
bien alimentados y de acido, con las escopetas mas modernas y las
pollas mas grandes y en estos chiquitines inflándolos a hostias:
volvieron a casa con la virilidad perdida, pobrecitos otra vez volvéis
si os ha gustado.

Esto del internet va muy lento y me temo que en el finde todos los viet
vendrán a conectarse así que me tomo fiesta unos días.



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