Santiago de chile: primera foto 10.06
Santiago de chile, primera foto No tienen un acento pronunciado, no son muy guapos, excepto en la tierna juventud donde todos lo son, no hay negros ni amarillos y Santiago, a pesar de ser muy grande (6 millones), no es tan cosmopolita como Buenos Aires ni tan castiza como Quito.Es una ciudad salchicha (alargada) en el centro de un país salchicha.Están de subidón económico (parece que les va mejor que a sus vecinos argentinos), pero el techo tiene algunas goteras: la educación y la sanidad no son gratuitas, y los pobres, como en todas partes, son muy pobres los pobres.Con los peruanos de arriba tienen los mismos problemas que nosotros con los árabes de abajo: entran buscando trabajo y pan porque la cosa allí parece que está bastante pior (así dicen).El centro de la ciudad donde nos alojamos está lleno de gente que sueña con un traje oscuro, un ordenador portátil y tener prisa: la velocidad de desplazamiento es superior a la de B. Aires, o sea que se harán ricos antes que los argentinos.Al igual que en Ecuador tienen una expresión triste (será cosa de los Andes? ).Lo mismo que en toda América Latina, la distribución de las clases sociales es similar a un reloj de arena : la parte superior unos pocos y mucha plata para repartir, la parte inferior muchos para repartirse casi nada y la clase media es el lugar donde el reloj se hace estrecho, donde no se cabe, donde no hay sitio ni pasta: apurados por subir y muy fácil de bajar: un lugar delicado este de las clases medias en América Latina.Con la Bachelet están viviendo algo similar a la movida de los 80 en España con los primeros gobiernos socialistas: está accediendo al poder un grupo social que había estado excluido hasta ahora y hay una especie de euforia social que se traduce en bares de diseño, propuesta de barrio frienly (gay), restaurantes de nueva cocina y cosas así que le ponen color a Santiago, pero la Bachelet tiene muchas goteras y cuando tapa una le salen catorce.El ajuste de cuentas con la dictadura se limita (de momento) a Pinochet, pero todos sus amigos y las fuerzas de seguridad (aquí, despectivamente se les llama ‘pacos’ ) son, por ahora, intocables.Las enseñanzas medias de instituto van uniformadas y, entre el instituto y su casa hacen transgresión: ellas se van levantando la falda de uniforme y ellos se van bajando los pantalones (de uniforme también) enseñándonos los gallumbos que harían las delicias de algún que otro pederasta.Estos adolescentes uniformados han protagonizado en los últimos meses una movida de protesta uniformada (le llamaban ‘la revuelta de los pingüinos’) que ha puesto en jaque a todos los ‘pacos’ y motivó la solidaridad de toda la población.Chile es la última zona que los españoles conquistaron y la última en alcanzar la independencia. Al igual que en Argentina, mataron a casi todos los indios, pero ahora que los tiempos han cambiado y eso no se lleva, echan mano de los pocos mapuches que quedan para darse un barniz de indigenismo y se ponen de moda las farmacias mapuches, la cocina mapuche y a los pocos indios que quedan les salen protectores por todas partes.Si durante la dictadura de Pinochet y antes soñaban con ser yankees, ahora quieren ser europeos como los argentinos y las señas de identidad parece que se pierden o nunca las tuvieron o las buscan en los mapuches, vete tu al saler.Como tiene fama (¿) de buen mariscón, nos vamos a ponernos ciegos de frutos de mar y resulta que se lo comen crudo. Después me entero de que debido a eso tienen un porcentaje de cánceres de estómago del doble de lo que les tocaría de comer otra cosa y es que uno no acierta ni con guía, que le vamos a hacer.
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