Arequipa, la ciudad blanca 11.07
Muy parecida en su arquitectura y distribución a Puebla, México, pero más activa: el centro histórico tiene muchísimas casas coloniales, enormes iglesias de mármol blanco, patios coloniales llenos de flores (estamos en primavera), puertas antiquísimas y mucha actividad callejera.
Es la Barcelona de Perú. Una Plaza de Armas impecable en el centro y a partir de ahí todo cuadriculado.Destruida en mil y un terremotos, sigue aguantando como ‘la ciudad blanca’.
La pobreza de los ‘conos’ (cerros de los suburbios), no consigue asomarse por el centro.En el paseo diurno no hay sensación alguna de peligro, pero anocheciendo me pierdo unas cuadras y encuentro el mercado central, porque al viajero solitario siempre se le puede encontrar antes en los mercados que en las catedrales, le pregunto a una señora si de verdad se trata del mercado más importante y me responde que sí, y que ‘por favor váyase usted de aquí que esto es peligroso para usted: venga por la mañana’.
Un rato más de paseo y, junto al mercado, descubro el putiferio: siempre en el primer piso, farolillo rojo en la escalera y poster de muchacha en paños menores. Media cuadra más y varias escaleras con farolillos rojos: las mujeres al mercado a comprar mientras que los hombres pueden ir a sus asuntos.
Vuelvo a encontrarme a la señora de antes y me insiste: todavía no se ha ido usted ? váyase y vuelva por la mañana.
No hay buses, ni siquiera combis (furgonetas), solamente taxis, mini-taxis coreanos en los que caben dos personas apretaditas y se meten hasta cuatro.
Todos los días, en la plaza de armas hay alguna manifestación. De vez en cuando (una de cada tres de las que he visto), ponen una rueda de coche, le pegan fuego y acude la pasma. La consigna entonces cambia: ‘policias, tenéis dos caminos, o estás con el pueblo o sois asesinos’.
Al llegar a este punto, el viajero solitario se busca un bar para tomar café, porque, al igual que en Chile, Argentina o Ecuador, la izquierda un poco radical está soñando con la resurrección del Ché y hacer Cubas por toda América. Que penita.
El día de regreso, cortan la luz seis horas en toda la ciudad para arreglar unas averías: siempre en domingo, como cuando el censo los contó y no podían salir de sus casas.
1 comentario
miguel angel -
En este pais la tasa de mortalidad sera mas baja que en españa.
Me voy a creer al final lo de sacerdote,con el cariño de una madre,como protege la gente del peligro al viajero solitario cuando vas por ahy.