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Antofagasta de los peligros y Copiapó

Antofagasta de los peligros y Copiapó Antiguo puerto boliviano por donde salía el famoso Nitrato de Chile, entre una cordillera (desértica) y el Pacífico, con favelas que van subiendo la montaña donde termina la ciudad.La señora del hotel me dice que hay muchos peligros, que me retire nomás se ponga el sol y que si quiero que no me pase nada que ‘piense en el señor’, le digo que no voy a estar rezando todo el día que ya ni me acuerdo y me insiste en que ‘piense en el señor’.Las calles están ambientadillas de paraetas pero saturadas de lo que el periódico local llama ‘antisociales’. La ventaja de éstos es que se les ve venir porque lo llevan escrito en la cara.Como no pienso nada en ese señor, por la mañana temprano salí a hacer unas fotos al mercado central  y he tenido un rifirafe con tres antisociales que han puesto a prueba mi marca en la carrera de  los ochenta metros libres con mochila y gritando a la vez, sin mas trastorno que un acusado temblor de piernas que duró  hasta el  mediodía.En vista de la situación me voy a Mejillones (no es broma, se llama así), que, según la guía es el lugar de la costa donde se están yendo a vivir las clases medias y me encuentro con un pueblo de favelas humildísimas, ni un alma por la calle, un tufillo ‘antisocial’ y eso sí, con muchas, muchas rejas por todas partes: mejilloneros enjaulados.La vida cultural de Antofa no tiene desperdicio: en la Casa de la Cultura hay una expo de trabajos escolares de fin de trimestre y los dos teatros municipales ofrecen una muestra de piezas de treinta minutos realizadas por los alumnos de enseñanzas medias y un vodevil de equívocos familiares llamado ‘La fiaca’ que anda girando por toda la provincia.Como hay que retirarse pronto por la noche (a no ser que pienses en el señor), me lo hago de ‘seguimiento’ del canal de  televisión nacional de Bolivia y eso no tiene desperdicio: Evo Morales está haciendo un adoctrinamiento que para si quisiera el Fidel: cada cinco minutos se interrumpe la programación (que no son mas que noticias y debates), para anunciar un trozo de carretera que se acaba de hacer, una ley que se termina de aprobar, un centro de salud que acaban de inaugurar, etc. Y siempre como final de esta propaganda institucional el slogan: Evo cumple, Bolivia avanza, con careto y banderita.En el impresionante trayecto de siete horas de bus entre Antofagasta y Copiapó, desierto montañoso que llega hasta el mar alternando con zonas volcánicas, tienen por costumbre cuando uno muere en accidente poner una cruz. Hasta ahí todo homologado, si no fuera porque después de la cruz ponen una caseta, luego unas piedras formando un corralito, después flores, si el difunto era futbolista pues una camiseta de su equipo o unas zapatillas que nadie toca a pesar de la escasez, una bandera de su país, unas flores de plástico, en fin aquello acaba siendo un altar de Almodóvar que destaca muchísimo porque el resto es desierto.En Antofagasta no he visto ningún extranjero ni en Copiapó, donde se repite lo de las rejas por todas partes, tampoco. Aquí no se si son antisociales pero muchos piden ‘monedita’ sin mas.La catedral de Copiapó simula un templo griego con sus columnas y todo. Dentro en un estilo naif propio del continente una virgen a la que le han puesto un vestido de noche blanco y una melena de pelo natural que parece una fulana hortera y al cristo lo han querido pintar tan bueno tan bueno que les ha salido con mucha pluma.Parece que la Bachelet, estas zonas alejadas de Santiago no las controla mucho. La verdad es que no se ve policía por ninguna parte así es que seguiremos funcionando con el sol y saldremos hacia La Serena que debe ser mas civilizado.   

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