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cuidadokechema

Bangkok uno 03.07

Bangkok uno

La primera impresión al llegar a Bangkok es que sus 15 millones de habitantes han acudido todos al aeropuerto a ofrecerte un taxi a precios de turista de Texas poniendo muy difícil lo de acceder al bus para ir a la ciudad de los atascos.

Antiguamente se llamaba  la venecia de oriente por la cantidad de canales que tenía, pero los han ido sustituyendo por avenidas donde circulan, o mejor se paralizan hasta pararse los vehiculos en un atasco lento por el dia e inmóvil al atardecer.

Que como lo han resuelto, pues muy fácil: construyendo metros, trenes y autopistas de peaje elevados con lo que los antiguos canales son ahora un bosque de pilares de cemento para no perderte y permiten que los tais que viven o trabajan en los terceros o cuartos pisos puedan saludar a los automovilistas o a los viajeros del metro desde su comedor o desde el water: lo que se dice un caos organizado.Con este panorama y sin semaforos, el que quiere cruzar tiene que andar un kilometro y subir unas escaleras enormes para visitar a su vecino de la acera de  enfrente.

Algunos aventureros intentan cruzar a pie y supongo que les dan una medalla importante (por continuar vivos).Cada ciudad tiene su olor y Bangkok huele a diesel frito. Se trata de una fragancia que se obtiene con la mezcla de los resíduos de los tubos de escape y de las frituras de la venta ambulante, donde te encuentras saltamontes y otros insectos mayores bien fritos, dorados y crujientes (muy apreciados por los tai).

Un capitalismo salvaje asentado sobre una corrupción consolidada a todos los niveles hace que todo sea possible: el hotelazo o building con fuentes interiores, plantas tropicales y lago particular junto a la chabola de uralita .Entre 35 y 40 grados (dia y noche) y una humedad muy elevada pone la guinda para completar el paisaje donde los guiris sudamos la gota gorda y ellos no. Cuando ves a los tai  dándole al abanico es que se acerca a los cuarenta (grados).Si a todos estos factores que los europeos llamaríamos stresantes le añades que ellos van tan tranquilos y tan zen, entonces lo entiendes todo: tener prisa aqui es perder la salud. Y ningún coche toca el pito. Genial.

Los taxis tienen dos contadores: uno para el tiempo y otro para la distancia y ellos sacan las cuentas relacionando los dos.

Los antiguos tuc-tuc (se llaman asi por el ruido que hacen), o motocarros con asientos traseros y toldito, se estan quedando para el centro de la ciudad y casi como reclamo turistico dejando su lugar a los taxis con aire acondicionado a toda pastille.Cuando sales de un taxi o del metro, al chocar con la realidad, las gafas se te empanyan y tardas un poco en volver a ver.

En general todo esta limpito y a nadie se le ocurre tirar nada al suelo, son muy civilizados.

No hay barrios dedicados a algo en exclusiva y junto al rascacielos acristalado está la chabola y al lado del restaurante de cascadas y jardin tropical tienes la paraeta de saltamontes fritos y otros insectos mayores y es esa fusión lo que hace de esta ciudad un lugar especial.

Los tuc-tuc, que se llaman así por el ruido que hacen, son unos motocarros con asientos detrás y toldito y últimamente se están quedando como reclamo turístico.

En Silom, el barrio de mercado nocturno agresivo (hay otro mas tranquilo), y putiferio se ven algunos mendigos, asi una niña que a base de dar cabezazos como para saludar se ha quedado con un brote esquizo, u otro manco que vende bisutería y se ha atado un plumero al muñón para quitarle el polvo a la quincalla o un anciano de edad infinita al que ví ayer por la mañana y por la noche tocando la misma canción con un instrumento tan inverosímil como el.

Aquí los ancianos no se aburren como en nuestra tierra que se van a ver las obras (o los albañiles que nunca se sabe): todo el mundo tiene algo que hacer.

Los famosos putiferios se ubican en las calles peatonales (menos mal), y están clasificados por géneros.

Consisten en que un número indeterminado de aspirantes va a la caza del turista para enseñarle que en Bangkok todo puede pasar. Anoche, paseando uno de ellos, aparecen dos tais con un elefante, supongo que para subirse y hacer una foto porque lo de dar una vuelta estaba un poco difícil.

Si te pilla viendo templos a mediodía y ves que los tais empiezan a sudar conviene abandonar al grito de: a mi, Buda, me la suda y te largas que te puedes derretir.

 

1 comentario

Sergio Claramunt Busó -

Debe ser una pasada...
Lo de: A mí Buda, me la suda.
muy bueno. Me reí mucho.
Ya contarás en directo el resto...