Bangkok dos 04.07
Si en el metro ves en un anuncio a nuestra Penélope anunciando (con una tai) un champú, no deja de recordarte que este mundo está cada vez mas globalizado: mis zapatillas (españolas), compradas en Chile, las dejé olvidadas en un tuk-tuk de Camboya y es que todo está tan embarullado. . . .
En una segunda vision, Bangkok se me asemeja a Blade Runner: trenes silenciosos elevados moviendose entre los rascacielos, con autopistas elevadas llenas de coches sobre los palacios o sobre la miseria, y debajo el barullo de centenares de miles que se mueven lentamente, alejados del stress en una perpétua búsqueda de algo que complete las necesidades primarias.
Entre las mujeres con velo y cara tapada casi de burka del barrio arabe y una calle de putiferio con chicas numeradas y medio desnudas que te agarran de la mano para introducirte en su antro solo distan dos esquinas.
Entre un mercado lleno de olores de cocina al aire libre y el complejo de Siam, donde solo estan los armanis y cia. y hasta las toiletes son fashion, tres paradas de metro, y es que la mezcla cultural como motor de las ciudades en Bangkok se cumple a rajatabla.
En los lugares mas concurridos se alternan centenares de motoristas dispuestos a llevarte al vértigo y turistas cerveceros desde por la mañana y lo mismo te ofrecen un mango troceado que una mamada.
El mercado de fin de semana de Chatuchack es inmenso y dificil de narrar, pero el calor tambien lo es, y, junto a el, y aprovechandolo, en el parque alquilan alfombrillas para tumbarse y recuperar el aliento: varias hectareas dedicadas a la venta de absolutamente todo: te pierdes y te vuelves a encontrar: imposible controlar tu ubicacion ni tener una vision global del mercado. Ante la ausencia de planos o guias: abandono amable de tu voluntad para dejarte llevar o traer en el inmenso rio humano amable y despreocupado: comer cuando tienes hambre: descansar en el parque cuando lo encuentras. Este mercado es un lugar especialmente promiscuo donde los escasos turistas son engullidos por el incesante ir y venir de la multitud: siempre igual y siempre distinta, donde ellos, los tai, sudan tambien lo que denota que de verdad hace calor. La presencia de un ventilador convoca al grupo circundante y hay bolsas y cubos de basura por doquier, y lo habitual es que si alguien no acierta al enviar sus restos al recipiente, se agacha, los recoge y los introduce correctamente y aquel barullo esta siempre limpio, al igual que las aceras de Bangkok, rotas pero limpias.
Decir que nunca habia visto algo asi es un topico porque todos los dias vemos cosas nunca vistas, pero para futuros viajeros ahi tienen algo esplendido: sabados y domingos en Chatuchak. Cierran a la puesta de sol porque, es decir, que este plato se sirve caliente.Por la noche hay otros mercados exclusivamente nocturnos.
Al salir del mercado nada mejor que una ducha y un masaje (dos horas, 7 euros), para recuperarse.Los masajes al igual que la venta de carne humana no esta pensada para los turistas: forma parte de su tradicion el cuidado del cuerpo.
Desde muy la mas tierna infancia velan por su cuerpo, se asean con esmero, es habitual ver a cualquiera de cualquier edad tapandose la boca cuando se introduce un palillo para los dientes o ponerse mascarilla cuando estan griposos o sospechan que su enfermedad puede propagarse. Acuden al masaje con frecuencia, follan cuanto quieren y en la direccion que prefieren desde que les apetece, no les preocupa el tamaño porque casi todos la tienen pequeña, no tienen los traumas habituales de nuestro pais referidos a las perversiones inducidas por siglos de dominacion de la iglesia catolica y en tecnología nos superan porque tienen a los japoneses ahí arriba: ¿ que les podemos enseñar? O mejor : cuánto podemos aprender.
1 comentario
miguel angel -
por favor sigue viajando que yo, no puedo, con tus ojos , tus letras y mi imaginacion asi viajo yo tambien.