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cuidadokechema

Bangkok dos 04.07

No es una ciudad para pasear, excepto en la parte antigua, y en las calles peatonales donde estan los putiferios o los mercadillos, no se puede callejear.He decidido moverme en metro e ir visitando los alrededores de las estaciones.Cuando ya no puedes de sudores, los centros comerciales son una buena alternativa para saber como serán los nuestros dentro de veinte años: pura locura de minitiendas organizadas por plantas mas grandes que un estadio de fútbol.Una planta dedicada al ocio de adolescentes con máquinas que te enseñan a tocar instrumentos, matar enemigos o ensayar bailes. Cápsulas independientes para practicar karaoke y una pasada de luces y música.En las tiendas de t.v. ya no hay mas que plasmas y a ver quien lo tiene mas grande y más nítido.Se come muy bien y muy barato y todas las cosas están en tai, inglés y japones, y como ya se lo saben, todos los platos estan fotografiados en el menú: ideal para los paletos de Godelleta.Estos tres idiomas se repiten en todas partes, los cyber incluídos, con lo que intentas abrir un documento de word y las leyendas de arriba estan en tai o en japo.Son muy tolerantes y en el desayuno del hotel, que está incluído en el precio, es habitual encontrarse con ejemplares de la vieja –nunca mejor dicho- Europa con fauna jovencita local de ambos sexos, y, salvo alguna pareja europea, nadie ve nada raro, y encima no les piden documentos al entrar y no varía el precio de la habitación por compartir cama con alguien de aquí.Cuando te ofrecen un masaje –realmente muy buenos- tienes que preguntar si se trata de masaje o de sexo (massage boum-boum les ofrecían a los gringos que venían a reposar desde Viet-Nam), porque todo es posible en este Bangkok.Un paseo por China-Town, en la parte antigua, te devuelve el interés por callejear. Los chinos muy ricos (joyerías y restaurantes), conviven con los mas pobres en un guirigay con las aceras llenas de puestos de comida y baratijas, un tráfico infernal y las calles adyacentes pobladísimas de ratas presumidas paseando a la luz del día y otras especies no menos siniestras.Los chinos son primos de los tai (entre sí) y ya aprendo a distinguirlos: son más blanquitos y con los ojitos más rasgados, y desde luego más guarros.

Si en el metro ves en un anuncio a nuestra Penélope anunciando (con una tai) un champú, no deja de recordarte que este mundo está cada vez mas globalizado: mis zapatillas (españolas), compradas en Chile, las dejé olvidadas en un tuk-tuk de Camboya y es que todo está tan embarullado. . . .

 

En una segunda vision, Bangkok se me asemeja a Blade Runner: trenes silenciosos elevados moviendose entre los rascacielos, con autopistas elevadas llenas de coches sobre los palacios o sobre la miseria, y debajo el barullo de centenares de miles que se mueven lentamente, alejados del stress en una perpétua búsqueda de algo que complete las necesidades primarias.

Entre las mujeres con velo y cara tapada casi de burka del barrio arabe y una calle de putiferio con chicas  numeradas y medio desnudas que te agarran de la mano para introducirte en su antro solo distan dos esquinas.

Entre un mercado lleno de olores de cocina al aire libre y el complejo de Siam, donde solo estan los armanis y cia.  y hasta las toiletes son fashion, tres paradas de metro, y es que la mezcla cultural como motor de las ciudades en Bangkok se cumple a rajatabla.

 

En los lugares mas concurridos se alternan centenares de motoristas dispuestos a llevarte al vértigo y turistas cerveceros desde por la mañana y lo mismo te ofrecen un mango troceado que una mamada.

 

El mercado de fin de semana de Chatuchack es inmenso y dificil de narrar, pero el calor tambien lo es, y, junto a el, y aprovechandolo, en el parque alquilan alfombrillas para tumbarse y recuperar el aliento: varias hectareas dedicadas a la venta de absolutamente todo: te pierdes y te vuelves a encontrar: imposible controlar tu ubicacion ni tener una vision global del mercado. Ante la ausencia de planos o guias: abandono amable de tu voluntad para dejarte llevar o traer en el inmenso rio humano amable y despreocupado: comer cuando tienes hambre: descansar en el parque cuando lo encuentras. Este mercado es un lugar especialmente promiscuo donde los escasos turistas son engullidos por el incesante ir y venir de la multitud: siempre igual y siempre distinta, donde ellos, los tai, sudan tambien lo que denota que de verdad hace calor. La presencia de un  ventilador convoca al grupo circundante y hay bolsas y cubos de basura por doquier, y lo habitual es que si alguien no acierta al enviar sus restos al recipiente, se agacha, los recoge y los introduce correctamente y aquel barullo esta siempre limpio, al igual que las aceras de Bangkok, rotas pero limpias.

 Decir que nunca habia visto algo asi es un topico porque todos los dias vemos cosas nunca vistas, pero para futuros viajeros ahi tienen algo esplendido: sabados y domingos en  Chatuchak. Cierran a la puesta de sol porque, es decir, que este plato se sirve caliente.

Por la noche hay otros mercados exclusivamente nocturnos.

 Al salir del mercado nada mejor que una ducha y un masaje (dos horas, 7 euros), para recuperarse.

Los masajes al igual que la venta de carne humana no esta pensada para los turistas: forma parte de su tradicion el cuidado del cuerpo.

 Desde muy la mas tierna infancia velan por su cuerpo, se asean con esmero, es habitual ver a cualquiera de cualquier edad tapandose la boca cuando se introduce un palillo para los dientes o ponerse mascarilla cuando estan griposos o sospechan que su enfermedad puede propagarse. Acuden al masaje con frecuencia, follan cuanto quieren y en la direccion que prefieren desde que les apetece, no les preocupa el tamaño porque casi todos la tienen pequeña, no tienen los traumas habituales de nuestro pais referidos a las perversiones inducidas por siglos de dominacion de la iglesia catolica y en tecnología nos superan porque tienen a los japoneses ahí arriba: ¿ que les podemos enseñar? O mejor : cuánto podemos aprender. 

1 comentario

miguel angel -

Que raro que por donde te introduces con la marabunta en esas aglomeraciones de gente ,no te allan nunca robado la cartera
por favor sigue viajando que yo, no puedo, con tus ojos , tus letras y mi imaginacion asi viajo yo tambien.