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cuidadokechema

Desde Rusia con amor

 

 

La primera impresión que se lleva el que por primera vez visita Rusia es que la gente es muy seria (o triste), que no sonríen.Otra sensación que detectas en la vida cotidiana (en este caso en Tula, una ciudad de 600.000 habitantes), es que las maneras de funcionar son soviéticas, autoritarias y siempre colectivas: nada ha cambiado en lo cotidiano.La segunda potencia mundial en la guerra fría abrió la olla por la presión del vapor y al destaparla comprobó que dentro todo estaba podrido: el modelo socialista se volvió humo y el viento se lo llevó.Ahora tratan de fotocopiar modelos occidentales y llenan sus calles de publicidad y McDonalds pero su mentalidad y sus formas están todavía en lo colectivo y el empleado del mes: la burocracia parece ser la misma.Solo los avispados consiguieron hacerse con la caja de los rublos (naturalmente a tiros) ante las narices del pueblo que los vio pasar como antes vieron pasar las colectivizaciones o los desfiles del primero de mayo en la Plaza Roja.En Tula, las amplias avenidas bien diseñadas se ven asaltadas por yerbajos, edificios desconchados, remiendos en los asfaltos y aceras que aparecen y desaparecen como el Guadiana.En el centro de la ciudad, una gran pantalla los transporta a mundos de colorines, publicidad y efectos luminosos ante la mirada serena de Lenin que debe haber visto muchas cosas desde que lo pusieron ahí.Del mismo modo que antes de  los Rockefeller y compañías en U.S.A. solo había mafiosos, aquí han repetido el formato, acelerándolo después de asimilar la experiencia americana y las armas han dejado paso a empresas legales, dejando en la transición los muertos que han hecho falta y el pueblo que se joda (otra vez).En cualquier edificio sucio y destartalado hay unos cartelitos a la fachada y un portero a la entrada. Cuando subes, en cada piso, las pequeñas viviendas que en su día fueron pisos habitados,  han dado paso a tiendas de todo tipo que venden cualquier cosa para salir de la miseria.Por la tarde, los jóvenes hacen deporte o toman cervezas en la calle, y la seriedad se va transformando en locura general.Hemos tenido oportunidad de verlos ‘desarrollarse’ en fiestas con bebida gratuita y se pasan completamente al extremo opuesto: de la tristeza a la euforia desatada, y es que este pueblo siempre se sitúa en los extremos, como los personajes de Dostoyewski, como Lenin, como Niljiwski . . . y así les va.Es difícil salir de Rusia, de forma que los jóvenes no tienen modelos para orientarse,  y en Tula se ven bellas muchachas cuyas referencias deben ser los video-clips musicales porque van a trabajar vestidas de vampiresas y puedes confundirlas con putas. Ellos son más discretos, aunque igualmente hermosos.En el trayecto hacia Moscu, los bosques infinitos se suceden ante la vista del viajero si éste puede apartar la mirada de la carretera, toda remendada, sin rayas pintadas y preñada de agujeros.En las afueras de Moscu se alternan los bloques de edificios socialistas que hacen hermoso el Barrio de La Luz o La Coma con centrales nucleares de mas de media docena de cazuelas humeantes, y entre unos y otras más bosques de postal.En Moscu, donde llegamos en fin de semana, encontramos treinta grados y la gente más sonriente. Dior o Louis Vuiton han comprado las plantas bajas de la Plaza Roja y los jardines públicos se han alquilado para poner terrazas de postin y fast foods donde se sientan los ricos, los mismos que compran de todo por el placer de comprar, porque todos los ricos son nuevos ricos.Por la tarde todo el mundo bebe en la calle y el calor invita a los adolescentes a bañarse vestidos en las fuentes públicas.El metro, forrado de mármoles y estatuas, reconcilia un poco con la igualdad soñada por Lenin en todo este guirigay.   

 

2 comentarios

I guión bajo -

Gracias Chema, por acercarnos tu mirada del mundo. Por cierto, podías publicar alguna foto de Tula en tu artículo.
Un beso

Chelo Claramunt -

Hola mi niño! He entrado por curiosidad; pero no esperaba encontrarme una crónica "rusa". en fin, una sorpresa. Ya he tenido un anticipo vía fraternal de la Rusia y los samovares. Espero que podamos encontrarnos pronto y poder charrar un poco de esas aventuras. Besitos