Siena 04.14
En Siena, las manadas de turistas son tantas y tan pobladas que muchas de ellas han distribuido unos pañuelitos del mismo color para no perderse.
Suelen ser colores fuertes, a veces fosforescentes, y en los lugares más concurridos, las manadas se atraviesan entre si haciendo colorines sin perder su identidad, como si se tratara de un concurso de habaneras.
Aprovechan las nuevas tecnologías y en algunos grupos les han puesto una especie de walky talky colgando del cuello. El o la guía, con un micro inalámbrico los va conduciendo para que no se despisten, para que cunda el tiempo, para que disfruten del viaje.
Los chistes facilones con que los guías amenizan los recorridos, seguidos de risas a coro, a veces salpican al jubilado que hasta entonces gozaba de cierta tranquilidad con un café en una terraza.
Siempre que un día parece perfecto aparece alguien que nos lo jode. No se puede tener todo y no quejarse.
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