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cuidadokechema

1. bangkok 01.10

Mientras los soldaditos estadounidenses andaban pegando tiros ahi
justo a la derecha, otros americanos, manifiestamente en contra de la
guerra se inventaron khaosan.
Vinieron aqui buscando paraisos artificiales, sexo facil y alcohol
barato, se ubicaron todos en la misma calle Khaosan de bangkok y como
cada dia venian mas y los europeos y australianos les seguian en el
tema, esta calle y algunas adyacentes  deben tener el porcentaje mas
alto de extranjeros que thailandia pueda imaginar. los thai que no son
tontos les pusieron a su alcance todo lo que podian desear (comida de
todo tipo, ropa barata, agencias de viajes, cambio de moneda y
baratijas varias) y, la verdad es de agradecer porque esta ciudad es
bastante caotica y muy desparramada.
que curioso que a dos horas en bus de aqui, en Pattaya, sus paisanos
militares llegaban por turnos desde viet-nam para descargar las
energias acumuladas, y los thai que nunca son tontos, les montaron un
lupanar, una industria del sexo.
Se diria que las dos industrias propuestas por este pais para
satisfacer las necesidades de la nacion mas rica, tienen algo en comun
: se hacen con el dinero del visitante, y una gran ventaja: que se
libraron de los tiros, algo que nunca pudieron decir los paises
vecinos (Laos y Camboya), y es que los thailandeses nunca han sido
tontos historicamente: no se sabe como pero siempre sobreviven.
khaosan en el siglo XXI es una feria de turismo cutre, hortera y
chabacano en formato hippie: mochilas, trencitas de colores,
pulseritas, bebes traidos al extremo oriente para irse aclimatando:
igualitos que sus padres.
La primera (y ultima) vez que estuve aqui esperando encontrarme con
una generacion alternativa me tuve que ir porque coincidia con un
mundial de futbol, y con la diferencia horaria pasaban los partidos a
las cuatro de la manana, y entonces, estas generaciones alternativas,
ciegas de cerveza, montaban unas escandaleras terribles, porque la
gente cuando viaja aprovecha para hacer cosas que en su pais de origen
no le dejan hacer.

Ahora no hay mundial, pero hay discoteca, que justo la han puesto junto a mi habitacion, asi que no pego ojo ni con pastillas y en esas circunstancias los viajes pierden dosis de placer.

Me voy al norte, a Chiang Mai, con un tren-cama que cuando te despiertas empiezas a ver selvas y rios a ver si se me pasa esta indigestion.

 

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