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cuidadokechema

Un buen negocio 11.11

Si hay algo que caracteriza a toda la Sudamérica que conozco, desde Argentina a Colombia, desde Brasil a Ecuador y pasando por Chile, Bolivia, Paraguay o Perú es la existencia en todas las ciudades, en todas las calles, en casi todas las casas y en multitud de comercios de rejas.

Las hay clásicas, sofisticadas, formando dibujos atrevidos o vulgares. En forma de muelle como las de las cárceles o campos de concentración. Electrificadas con cartelito que avisa de la sorpresa que le espera a quien quiera pasar por ellas. Terminadas en puntas afiladas como las lanzas o formando cruces de calatrava con pinchos a ambos lados.

Además de la corrupción que parece un asunto arraigado en todo el continente (y del que los otros continentes no se libran, aunque sea mas sofisticada o de ‘guante blanco’), el negocio mas lucrativo en Sudamérica son las rejas.

De alguna manera y a su nivel no hacen sino imitar a las grandes potencias que desarrollan casi toda la industria a partir del miedo, pero en este continente la cosa reviste unas características más cotidianas,  de andar por casa.

 

Cuando llevas unos días por aquí no se te hace extraño ir a comprar algo y que te atiendan detrás de una reja, con un pequeño agujero para darte el producto o recibir el dinero correspondiente.

 

Cualquier trayecto en bus o taxi es una excursión turística donde puedes apreciar todo tipo de rejas a veces idénticas por calles o barrios, donde el más rico se hace notar no ya por tener un vehículo de gama mas alta sino por proteger su casa con unas rejas mejores que sus vecinos.

 

Si por atrevimiento o por tener la suerte de ser acompañado visitas alguna zona ‘socialmente desfavorecida’ compruebas que incluso en las casas de no se sabe como las hicieron  con un techo de trozos de uralita con neumáticos o ladrillos  encima para que el tejado no se vuele cuando haya tormenta, y unas estupendas rejas protegiendo no se sabe qué porque a veces no tienen ni luz ni agua potable, pero si tienen miedo de que les roben no sabemos qué, porque nada tienen.

Solo algunos lugares exclusivos para gente privilegiada no las tienen: son urbanizaciones con vigilantes privados, siempre con armas de fuego y a veces con metralletas, donde no se puede entrar si no te esperan y que se complementan con todo tipo de vigilancias por video sofisticadas de última generación.

Son los elegidos y posiblemente los fabricantes de rejas.

 

 

 

1 comentario

Anónimo -

Hola Viajero, valla cambio desde la selva no? Bueno, imagino que dentro de poco te tendremos de nuevo en casa para darte un buen abrazo, imagino que ya estaras con Sergio, esperaremos algun serial mas del viajero acompañado.