Bolonia 01.05.14
La llaman ‘’la roja por el color de sus edificios (casi todos de ladrillo de ese color) y porque desde la última guerra mundial siempre estuvo gobernada por la izquierda.
Es muy civilizada en todos los aspectos y la oferta cultural es muy potente.
Con estos antecedentes sería lógico pensar que el primero de mayo las calles se llenarían de rojos reclamando las cuestiones pendientes, pero la gran manifestación de los sindicatos resulta ser una pequeña procesión de poco mas de un centenar de personas, cada una con su bandera representando a cuatro o cinco sindicatos y algún partido de izquierda.
Lo que era modelo y motivo de envidia de los izquierdistas europeos en los 70, hoy, Bolonia es una apacible y elegante ciudad donde todo el mundo ha salido a tomar el sol con la familia, lejos de algaradas callejeras.
¿Habrán llegado ya al paraíso socialista?
Por la tarde hay convocada una que promete ser mas calentita: ‘’ni un inquilino sin casa ni una casa sin inquilino’’.
Aunque los italianos gritan tanto como los españoles (afirmar que gritan más exigiría una profunda investigación), y, sobre todo cuando hablan por teléfono donde una mano sostiene el aparato y con la otra gesticulan mientras, por lo general se acaloran; por las tardes, en la Piazza Verdi, los jóvenes se montan un botellón tranquilo y sin gritos, sentados en el suelo con sus litronas y su conversación que habría que filmarlo y presentarlo en los institutos españoles para que vean otras formas. Por supuesto que al final del mismo la piazza queda limpísima y es que Bolonia es diferente.
Por la tarde (salvo la mani mencionada) todo el mundo sale a hacer la passegiatta bajo los soportales (la ciudad cuenta con mas de cuarenta kilómetros de ellos), y, a pesar de lo civilizada no deja de tener ese regusto provinciano que consiste en endomingarse los días de fiesta y dejarse ver en el aperitivo.
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Sergio -