Los árabes y las circunstancias 03.10
Hay un temporal extraordinario que está afectando a Marruecos del mismo modo que a Andalucía. Este es un país donde llueve muy pocas veces y el fenómeno resulta extraordinario. Pero el, llamémosle orgullo árabe hace que ellos actúen como si aquello fuera normal.
En la carretera aparecen coches y camiones tirados en la cuneta en mayor proporción de lo normal y los accidentes se multiplican.
Es costumbre en todo el país salir por las tardes a pasear por las calles céntricas de las ciudades. Está lloviendo y el viento es potente, pero ellos (y ellas), como si aquello fuera un día normal y convierten el paseo vespertino en una especie de tomatina o pelea de paraguas donde todos tropiezan con todos, con la mitad de ellos vueltos del revés por el viento (porque naturalmente son paraguas baratitos). A eso hay que añadirle los jóvenes masculinos que presumen en medio de la calle de aguantar el chaparrón: a mas agua, mas machotes deben pensar: un espectáculo inolvidable.
Cansado de recibir paraguazos me meto en un café a disfrutar del tantoscientos capítulo de la fotonovela de moda y me sorprende que, salvo alguna anciana, ninguna mujer lleva velo, cuando en todas partes son raras las mujeres que no lo llevan desde la más tierna infancia. Además, casi todos los personajes son rubios y de ojos claros, cochazos impresionantes y todos los electrodomésticos en marcha, igualito que en la realidad.
Dar una vuelta para ver a nuestros vecinos a veces puede resultar surrealista.
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