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cuidadokechema

Córdoba 11.10

Es la segunda ciudad en población y el plano que me dan en el ayuntamiento

 afirma que tiene 3,5 millones aunque supongo que se refiere a toda la provincia.

Es considerada por los argentinos como la ciudad de la cultura: tiene siete u ocho universidades y esto se traduce en estudiantas y estudiantes que van y vienen trasladando libros, libretas, maletines delineantes, mochilas . . .

 

Estudiantes y estudiantas que llenan los bares y los pocos restaurantes cuando las clases terminan. Rezo a mis dioses no encontrarme ninguna tuna y atienden mis súplicas.

 

Hoy, a mediodía han abierto la compuerta de una de esas universidades y han salido un par de centenares todos y todas con camisa blanca y corbata. A la salida, como cualquier adolescente que se precie, ejercitan su rebeldía deshaciendo la corbata o sacándose la camisa de su sitio: los pervertidos locales fantasiosos de los uniformes tienen el cupo completo con esta universidad (será la católica?).

 

El centro de la ciudad es otro ejemplo de civismo: varias calles peatonales y muchos árboles (aunque no tantos ni tan viejos como en Mendoza), y, entre ellos, muchas jacarandas (que aquí las llaman acentuando la a final).

 

Córdoba es sinónimo de cultura como español es sinónimo de gallego. Aseguran que Buenos Aires es la ciudad del mundo con mas gallegos (superando a A  Coruña), y da igual que digas Valencia que Valdepeñas, para ellos todos somos gallegos, como en México somos gachupines o en Canarias somos godos y es que generalizar siempre acorta los caminos que la gente no está para dar muchas vueltas.

 

Existe una imagen en toda Sudamérica de la que Argentina no está exenta y es la chica joven con bebé demandando lástima, pero así como en Perú y Ecuador son rematadamente pobres y personajes de fotonovela donde todas se preñan a la primera, y suelen permanecer en silencio o simplemente pedir dinero,  aquí van con el ego por delante como manda la nación.

 

Ayer, en uno de mis interminables viajes en bus (me anunciaron 12 horas y fueron 14 por los atascos propios de domingo y el parar en todas las aldeas), en una parada de que-te-fumas-uno-y-lo-tiras-a-medias, al subir me veo la imagen sentada con el cachorro y media docena de bolsas en mi asiento. Le digo que ahí voy yo y me contesta que ella no puede subir las escaleras (buses de dos pisos) y que suba yo, le digo que hable con el ‘encarregat’ y me dice que vaya yo que ella con el niño no puede. La cosa se resolvió y le encontraron otro asiento abajo naturalmente, y esto me recuerda el chiste ya manido de que el peor accidente que puede tener un argentino es caerse de su ego.

 

Pues como las desgracias no vienen solas, hoy, en mi hotelito de mierda (menos mal que tiene wiffi) otra con la misma canción: sujéteme el niño que me está poniendo nerviosa, añoranza del psicoanálisis en las clases populares preñables?, o  tal vez búsqueda de varón que empiece a hacerse cargo?

 

Leyendo las advertencias que el Ayuntamiento de Córdoba considera que deben saber los turistas me entero de que fue fundada antes que Buenos Aires y que toda esta zona se la trabajaron los jesuitas (seguramente después de su expulsión), y que además fueron los que se encargaron de traer las primeras vides, seguramente para no prescindir de la sangre de cristo y la que han armado por estas tierras porque tienen unos vinos espléndidos y es que algo bueno tenía que tener la iglesia católica no todo iban a ser sucursales y niños manoseados.

 

Parece que desde aquí para arriba (Paraguay incluido) fue asunto de la compañía de Jesús, ya iremos viendo los rastros que dejaron.

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