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cuidadokechema

Roma-2 11.13

 

 

Todo el mundo coincide con reconocer que existen dos italias, la del norte, trabajadora, moderna y progresista y la del sur, mas relajada, mafiosa y canalla.

Cuando se habla de ello siempre se toma a Roma como el lugar donde se traza la línea divisoria, así todo el mundo dice que de Roma para abajo, tal y tal  o de Roma para arriba lo contrario.

Debe ser algo como el muro de Berlín, que nadie se acuerda ya por donde iba. En esta ciudad, en Roma, lo mismo te sorprendes del nivel cultural o de civilización que te encuentras como de lo barriobajeros y mafiosos que son.

 Vas visitando la ciudad y no sabes en que parte te encuentras: es el encuentro o la necesidad de relacionarte con los romanos los que te dicen de donde procede el sujeto en cuestión, y que es lo que te espera.

Así hay días o momentos en que estás en el norte y otros que no sales del sur.

El transporte, y especialmente los autobuses son del sur: nadie pica ningún billete, llenos como en Valencia en los años sesenta.

Si del roce nace el cariño, los buses son especialmente cariñosos.

El metro casi igual.

Algunas mujeres, parece que albanesas o rumanas del sector gitano, acuden cuando la avalancha de los que quieren subir llega al límite y si te descuidas te dejan limpio, pero los romanos se lo saben y las van descubriendo. Estas incidencias, unidas a las clásicas del roce-metiendo-mano, amenizan los viajes urbanos además de los lugares únicos por los que pasas: imposible aburrirse.

Las manadas de turistas orientales (chinos o japoneses), se alternan con otras europeas, españolas o sudamericanas, estas  se distinguen porque suelen llevar la camiseta del mismo color en el que se pueden ver las intenciones y a veces el itinerario: católicas generalmente y el destino es Vaticano y sus sucursales.

Los lugares ‘’de culto’’ son imposibles de visitar sin una horita de cola previa, o, como en el caso de la Fontana de Trevi, al igual que los buses, no puedes entrar ni a la plaza.

La Piazza di Espagna tiene tanta gente en las escalinatas que no dejan sitio para los gigolós que todavía aguantan la tradición, todos maqueados: acabarán posando para que los turistas se fotografíen con ellos para un recuerdo casquivano.

Los cafés de Vía Véneto que fueron lugar de artistas famosos, ahora en decadencia, han doblado los precios y por una ensalada te dejas el jornal.

El tráfico es infernal y todo el mundo juega a saltarse las normas: se cruza en verde pero mirando, y en los pasos cebra encomendándose a los dioses.

Pese a todo, Roma es única y todo es cuestión de aceptarla como es: igual que las personas.

 

 

 

 

1 comentario

Carlos Soriano Ponce -

1 gracias por tu presencia … como siempre !!!, pero con muchos más tramos de escalera bajo los pies ligeros que nos caminan … mi amoroso respeto no me impide atornillarte a preguntas con la impertinencia del torpe seductor … despistado … por cualquier cruce de senderos casuales …
2 recibido el mensaje de las memorias de Carlos … me pongo a ello abrigando la esperanza de encontrar la senda de los otros mensajes que me insinuabas … con el psiquiatra sincero y … cruel piloto de su propio autoanálisis biográfico… sabes que “en ello están tus asnos” … caballero …
3 Te he visto radiante de Luna nueva … eligiendo un Sol para peinarte tus sombras … diletante con el futuro perfecto …
4 Otro beso, Chema